La pesca marítima y continental, junto con la acuicultura,
proporcionan alimentos, nutrición y son una fuente de ingresos para unos
820 millones de personas en todo el mundo, mediante su recolección,
procesamiento, comercialización y distribución. Para muchos forma
también parte de su identidad cultural tradicional.
Una de las
mayores amenazas para la sostenibilidad de los recursos pesqueros
mundiales es la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada.
En
Venezuela, existen dos dinámicas muy diferentes: una la del sector
extractivo y otra en la acuicultura. En cada una de ellas, además,
coexisten dos sectores: el artesanal y el industrial. La actividad en el
sector extractivo es dominada por el subsector pesquero artesanal
marítimo. En contraste con otros países de América Latina, este
subsector en Venezuela contribuye con una parte significativa de las
capturas totales del sector. Ello se debe en gran medida al ordenamiento
del recurso sardina y pepitona, cuya pesquería está limitada por ley a
los pescadores artesanales.
La actividad pesquera de
Venezuela se centra principalmente en la producción de tres especies
marinas tales como pepitona y la sardina por el rubro artesanal y el
atún por el rubro industrial de altura, las cuales para el año 2008
representaron 23,59 %, 11,51 % y 18,27 % del total nacional
respectivamente, generando un importante nivel de empleo. Además de
tomar en cuenta lo anterior, el resto de la producción se orienta hacia
la obtención de un alto volumen de otras especies provenientes sobre
todo de la pesca artesanal marítima, observándose además, una tendencia
creciente en el cultivo de rubros de la acuicultura, tales como el
camarón marino y especies autóctonas como la cachama. La pesca
continental tiene una menor importancia relativa en comparación con la
pesca artesanal marítima o la industrial, contribuyendo con máximo
histórico de apenas un 12% al total de producción nacional (2008).
Dentro
de las políticas en materia de ordenación pesquera que adelanta el
estado venezolano, a través del Instituto Socialista de la Pesca y
Acuicultura, se encuentra el impulsar la pesca responsable a través de
la regulación de los artes de pesca más nocivos al medio; la eliminación
progresiva de todas las formas de pesca de arrastre; el incremento de
los proyectos de investigación pesquera, principalmente los prioritarios
para la seguridad alimentaria del país; el impulso de la propiedad
colectiva de los medios de producción; el fomento de la organización de
los pescadores.